TEORIA E DEBATE, la excelente revista de la Fundaçâo Perseu Abramo, anexa al PT, publica en su última edición un artículo esclarecedor de Juarez Gumarâes, cuyo título adoptamos para esta nota. El copete dice que "el segundo mandato de Lula está imprimiendo una dinámica histórica vertiginosa, inédita y decisiva de superación de la miseria crónica que todavía hiere la dignidad de decenas de millones de brasileños". El título de tapa que introduce el tema expresa: "Es posible erradicar la miseria del Brasil".
Un nuevo ciclo de crecimiento sustentable
"Al contrario de la visión catastrofista que predominó en los medios ­comienza diciendo­ la economía del país salió de la reciente crisis financiera internacional consolidando sus padrones de crecimiento sostenible. Aumento de las reservas internacionales, récord de atracción de inversiones productivas internacionales paralelo a la salida de capitales especulativos, tasa creciente de inversión global en la economía, récord en la bolsa de valores y de confianza en los sectores productivos: la economía brasileña adquirió por primera vez en los últimos 30 años una reducción estructural de su vulnerabilidad externa y entró en un nuevo ciclo de crecimiento, que el ministro Guido Mantega denomina ‘sociodesarrollista’".
Sobre esta sólida base, se afirma que "el segundo mandato de Lula, en su dinámica de conjunto, tiene el potencial para superar las barreras estructurales que impiden la inclusión social de decenas de millones de brasileños que aún viven en una situación de miseria crónica. Un Brasil, por primera vez en su historia, sin una gran masa de indigentes, puede ser la gran herencia del segundo mandato de Lula".
Estas conclusiones se sustentan en datos estadísticos entrecruzados entre las principales fuentes (Fundaçâo Getulio Vargas, FGV, Instituto Brasileiro de Geografia e Estadística, IBGE) que coinciden en que en 2006 salieron de la pobreza 6 millones de personas, cayendo su porcentaje de 22,8% a 19,3% de la población. En cuanto a los indigentes, su número aumentó en 1,6% en 2003 y bajó 2,4%, 2,8% y 3,6% en los tres años siguientes, marcados por el crecimiento medio del 4,1% del PBI, la expansión acelerada de los programas de transferencia del ingreso y los mayores aumentos del salario mínimo. El ingreso del decil más pobre creció 9% anual entre 2001 y 2006. En síntesis, la disminución de la pobreza en Brasil en cinco años equivalió a la disminución de la pobreza en América Latina en 15 años. Según el autor, que cita al respecto análisis de The Economist, esa gran movilidad histórica tiende a profundizarse en los próximos años. Esto es precisamente lo que trata de negar la gran prensa, apelando a ese fin a manipulaciones estadísticas. La forma como se desmontan a ese respecto los cuadros estadísticos y las gráficas de O Estado de Sâo Paulo merecen un estudio particularizado (recuadro de la página 10).

Creación de nuevos derechos
Los derechos fundamentales fueron erosionados en las décadas de vigencia del neoliberalismo. Una nueva dinámica se puso en marcha principalmente desde 2004 y adquiere ahora mayor ritmo.
En el primer mandato de Lula se crearon 4,65 millones de nuevos puestos de trabajo efectivo ( com carteira assinada), que contrastan con los apenas 797.047 generados durante los ocho años de gobierno de FH Cardoso. En este año 2007 se crean 1,6 millones de puestos en las mismas condiciones. Esto contribuye a formalizar el mercado de trabajo, con resultados directos en la disminución del déficit de la previsión social. De los 19 millones de brasileños de más de 60 años, el 76,6% recibe beneficios o pasividades del sistema de seguridad social, según datos oficiales. Se verifica una caída drástica del desempleo. En esas condiciones mejora la capacidad de los trabajadores de luchar por mejores salarios. En el primer semestre de este año, el 87,5% de los contratos colectivos tuvo aumentos superiores a la inflación, en franco ascenso en relación con el período de FH Cardoso.
El salario mínimo obtiene una fuerte recuperación en su poder de compra. En el primer año del segundo mandato de Lula promedia 370,5 reales, un 70% mayor que en el primer mandato de Cardoso y 50% mayor que en el segundo, y está dotado de mecanismos anuales de reajuste continuado por encima de la inflación.
Inflación controlada, fuerte aumento del empleo, del ingreso, del salario mínimo, del microcrédito y del crédito popular, quintuplicación del crédito a la agricultura familiar, asentamiento de 381 mil familias por la reforma agraria, incentivos a la economía solidaria y al cooperativismo: estos elementos convergen en la ampliación de la base social del derecho al trabajo.
La educación está en la esencia del Programa de Aceleración del Crecimiento y se gesta una revolución democrática en esta materia.

La revolución educativa
Escribe Juárez Guimarâes: "Son decenas y decenas de millones de brasileños en busca de escolarización, golpeando las puertas de las ofertas públicas de lugares y de becas que les permitan estudiar. La expansión en masa del acceso a la educación funciona como una palanca de promoción social, de calificación de la productividad del trabajo, de crecimiento de la conciencia democrática y de creación cultural". Siguen las cifras cuantiosas de inversiones en educación hasta 2011 (básica y superior), el piso salarial nacional para los profesores, reivindicado desde hace décadas, el número de lugares en las universidades y en las escuelas técnicas, la contratación de 9.200 profesores y 15 mil funcionarios. Solamente el plan llamado ProUni garantiza el acceso a la Universidad a 900 mil estudiantes pobres. En 2006 se registró un inédito incremento de 13% en el número de estudiantes de las facultades (5,8 millones a fines de 2006), y el objetivo del MEC es que en 2011 el 30% de los jóvenes entre 18 y 24 años esté cursando la Universidad.
En próxima nota veremos otros aspectos y un resumen general. *

Publicado na edição 2729 do jornal La República, do Uruguai, em 14/11/2007