Buenos vientos en este inicio de mandato, saiba más sobre el Plan de Aceleración del Crecimiento (PAC) y sobre la elección en la Cámara de Diputados y el Senado.

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Buenos vientos en este inicio de mandato

Elección en la Cámara de Diputados y el Senado

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Buenos vientos en este inicio de mandato

El anuncio del Plan de Aceleración del Crecimiento y, días más tarde, la elección de Arlindo Chinaglia para presidente de la Cámara de Diputados marcaron de forma positiva el inicio del segundo mandato de Lula en la presidencia de la República. Los próximos desafíos son la implementación del PAC (incluso su tramitación legislativa), la composición del ministerio del segundo mandato, el desencadenamiento de una amplia campaña popular por reformas democráticas y la realización del III Congreso del Partido dos Trabalhadores.

El Plan de Aceleración del Crecimiento (Lea el texto completo) prevé corte de impuestos e inversiones de R$ 503,9 mil millones hasta 2010 – incluyendo recursos del gobierno federal, de estatales, como la Petrobras y el BNDES (Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social) y de la iniciativa privada -, dándole prioridad a la infraestructura. El programa engloba un conjunto de medidas destinadas a desgravar y estimular la iniciativa privada, aumentar las inversiones públicas y perfeccionar la política fiscal. Las medidas serán divididas en cinco bloques: inversión en infraestructura (incluyendo vivienda, saneamiento y transporte de masa); estímulo al crédito y financiación; medidas de desarrollo institucional y para desgravar la administración tributaria, así como medidas fiscales a largo plazo.

El Plan de Aceleración del Crecimiento corresponde a los compromisos asumidos durante la campaña electoral de 2006, y entre ellos se encuentran los siguientes: impulsar el desarrollo con distribución de ingresos, valorizar de forma adecuada la intervención del Estado en la economía, defender la reducción acentuada de la tasa de intereses. El PAC ocasionó un impacto político e ideológico muy importante. Muchos periodistas vinculados al neoliberalismo atacaran al plan diciendo que era “estatista” y sobre todo porque no abordaba lo que ellos consideran como el principal de los problemas brasileños: la reforma de la previsión social y la reforma laboral.

Lo más importante del PAC son sus potenciales efectos sociales, directos e indirectos, en lo que se refiere a empleo, por ejemplo. Para ello, el gobierno y los partidos que lo apoyan tienen que enfrentar y derrotar algunos obstáculos.

De antemano se registra que la orientación pro crecimiento del Plan depende en gran parte de la política monetaria. Hay condiciones de acelerar la reducción de la tasa de interés. Hay fuertes críticas al conservadurismo de la más reciente decisión del Comité de Política Monetaria del Banco Central (Copom).

La reducción de la tasa de interés básica de la economía, que pasó del 13,25% al año a 13% al año, determinada hacia fines de enero por el Copom, fue demasiado tímida. La tasa de interés, que se fijaba con una reducción de medio punto porcentual cada mes, tuvo una reducción de sólo 0,25 puntos porcentuales.

Según la opinión del Copom, las inversiones previstas en el PAC constituyen un aumento de los gastos públicos, que aumentarán la demanda, y esta a su vez presionará los precios y ello generará inflación. Para evitar la inflación, el Banco Central aumenta los intereses. Es decir que, según la visión de la mayoría del Copom, Brasil no puede crecer, sobre todo si lo hace con inversiones públicas.

En el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), el gobierno aumenta sus inversiones retirando fondos destinados a los intereses. En la práctica, el PAC reduce el uso de tributos en la liquidación de intereses, una política que se conoce como superávit primario. La reducción del superávit se llevará a cabo por medio del Proyecto Piloto de Inversiones (PPI). El PPI existe desde 2005, pero prácticamente no era utilizado porque el Ministerio de Economía quería que los intereses controlasen el tamaño de la deuda y la redujeran.

Un segundo obstáculo al PAC es la efectiva capacidad de ejecución de los proyectos, que puede convertirse en dificultad por problemas de gestión o por eventuales gastos presupuestarios. Un tercer obstáculo es la presión política, especialmente de gobernadores y de sectores del parlamento, que pueden introducir modificaciones que no estén conformes con el Plan.

La principal reclamación de aliados y gobernadores fue la falta de negociación previa del paquete con los estados, que van a sentir algunas de sus consecuencias. El gobierno desistió del dinero proveniente de impuestos que divide con los gobernadores e seleccionó obras prioritarias en estados sin consultarlos. Para el gobernador de Bahia, Jacques Wagner (PT), la reducción de los ingresos estaduales mencionada por algunos gobernadores será compensada si a través del PAC se obtiene buenos resultados en la economía, que es lo que se espera. En este caso, el gobierno federal aumentaría la recaudación de tributos, incluso de que los divide con los estados. “Puede haber crecimiento y entonces todos se benefician con ello”, ponderó.

El propio presidente Lula, en su discurso de asunción al cargo, refutó la tesis de los gobernadores. “Actualmente mi intención es la de estimular todos los sectores de la nación a participar en este esfuerzo de aceleración del crecimiento, ya que una tarea como esta no puede ser una actitud aislada de un gobierno, sino de toda la sociedad brasileña”, afirmó el presidente.

También hay que considerar que, en nombre de la noción de “crecimiento”, sectores de la oposición y del gran capital seguirán defendiendo lo mismo que antes, pero en nombre del “ajuste fiscal”: reducir la participación de los ingresos de los trabajadores en el conjunto de la riqueza nacional.

La divulgación del Programa de Aceleración del Crecimiento representa un cambio significativo en el ambiente económico brasileño. Esta es la opinión de economistas como Ricardo Carneiro, de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) y João Sicsú, de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ). En entrevista a la agencia Carta Maior, Carneiro afirmó que “la retomada del papel del Estado ocurre por medio de la planificación, la definición de prioridades y la articulación entre los sectores público y privado”. Según su colega de Rio de Janeiro, la visión ortodoxa afirma que cuando el Estado interviene en la economía, el sector privado se retrae. “El plan tiene otra matriz. Es la idea de que el sector público atrae inversiones privadas, en lugar de inhibirlas”.

Al definir R$ 287 mil millones los próximos cuatro años como inversión pública, el gobierno espera que este monto estimule el área privada. Según el PAC, esta debe aplicar en la economía hasta 2010 otros R$ 216,9 mil millones. “El empresariado busca obtener lucro y ello sucede cuando el Estado le da seguridad a través de estímulos que aumentan las demandas por productos y servicios”, afirma João Sicsú. Los dos profesiones concuerdan que el papel del Estado pasa a ser central, aunque este no sea un plan de tendencia estatizante.

El segundo mandato de Lula no debe ser una mera continuación del primer gobierno. Al aprender con los aciertos y errores del periodo que ahora concluye, y al tener como base los extraordinarios avances de los primeros cuatro años, el segundo mandato tiene gran desafíos por delante: es necesario que haya una fuerte retomada del crecimiento, con continuidad de la expansión del empleo y la distribución de ingresos, la educación de calidad y la profundización de la democratización en el país, además de la necesaria reforma político-institucional.

En el próximo periodo el PT debe basar su actuación en dos principios: la movilización de la sociedad para apoyar la aplicación del programa de acción del gobierno y el mantenimiento de su autonomía respecto de este mismo gobierno. El Partido tratará de ser un elemento de conexión entre la sociedad – sobre todo en lo que concierne a los movimientos sociales – y el gobierno.

La nueva composición del gobierno todavía no fue anunciada, pero hay la expectativa de que refleje las fuerzas sociales y políticas que estuvieron en su origen y su acuerdo con el Programa consagrado en las urnas. Más que preocuparse con “cuotas” en el gobierno es fundamental asegurar su rumbo.

Los ocho años de gobierno Lula deben ser vistos desde una perspectiva estratégica de amplias y duraderas transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales. Los cambios que introducirá en nuestra sociedad y en el sistema político no se pueden reducir a un paréntesis progresista en una historia conservadora, sino que deben representar el desencadenamiento de un largo ciclo de transformaciones, conducido por un trabajador, por el PT y por una coligación de partidos de izquierda y sus aliados democráticos.

Otra de las expectativas sobre la formación del segundo gobierno Lula tiene que ver con la constitución de un equipo económico afinado con los objetivos defendidos durante la campaña electoral, especialmente en la segunda vuelta. Los próximos anos, como ha defendido el propio presidente Lula, deben ser marcados por un fuerte crecimiento (no inferior a los 5% al año) que permita seguir con la expansión del empleo, la recuperación de los ingresos de los trabajadores y la inclusión social de los millones de brasileños que todavía viven por debajo de la línea de pobreza.

Ello significa que los ministerios de Economía, Planificación, Desarrollo, Industria y Comercio y Agricultura, además del Banco Central y de todos los bancos públicos, estén armoniosamente sintonizados con esta política expansiva, que se llevará a cabo por medio del mantenimiento de bajas tasas de inflación y respeto a un equilibrio fiscal compatible con los desafíos económicos y sociales del país. Para que tal objetivo se alcance será necesario que equipos sintonizados con los objetivos de cambio constituyan el núcleo del área económica.

Las áreas sociales del nuevo ministerio deben ser impulsadas por cuadros y equipos capaces de profundizar los actuales programas de transferencia de ingresos. Tiene especial relevancia la conducción del Ministerio de Desarrollo Social y las áreas de salud y educación, ya que esta última figura como uno de los ejes del Programa de Gobierno que ganó las elecciones de octubre último.

Por su importancia para la retomada del desarrollo y por los efectos sociales que produce, los ministerios que se ocupan de la infraestructura – Ciudades, Integración Regional, Minas y Energía y Transportes -, así como las estatales correspondientes, deben ser ocupados por cuadros y equipos afinados con los imperativos del crecimiento con distribución de ingresos y con la preparación del país para un nuevo y largo ciclo de desarrollo.

Adquiere una especial importancia el ministerio de Comunicaciones, no sólo por su lugar estratégico en una política de innovación científica y tecnológica como por su relación con los grandes monopolios de la información. Este sector presentó un considerable déficit en el primer mandato, como lo demuestra la relación que se mantuvo con las radios comunitarias y la dependencia en lo que se refiere a los grandes medios.

La política de comunicación del primer mandato pasó por transformaciones positivas en el periodo más reciente, pero careció de coherencia y no fue capaz de equilibrar la vasta ofensiva de los medios conservadores en contra del gobierno. Esta ofensiva llegó a su punto culminante durante la campaña electoral para la presidencia.

No sólo el gobierno federal, sino que también los gobiernos estaduales y municipales dirigidos por el PT demostraron debilidad en sus políticas de comunicación: no hubo ningún avance institucional en el marco de regulación, en la comunicación autónoma de los movimientos sociales y los partidos de izquierda, se dio continuidad a la represión a las radios comunitarias, no se liberaron permisos para demandas de los movimientos, hubo dispersión de los medios sindicales (excepto en Repercut, sitio y Revista do Brasil se mantuvieron criterios incorrectos en la publicidad).

El debate sobre la comunicación social es fundamental para Brasil. La democratización del país supone la democratización de la comunicación. Actualmente esta idea es estigmatizada por algunos sectores, como si fuera lo mismo defender la censura, cuando lo que existe los días de hoy es exactamente la censura privada. Hay que crear medidas para enfrentar el monopolio privado.

La afirmación de la soberanía nacional exige que se construya un fuerte aparato de telecomunicaciones, como lo demuestra la experiencia de las principales naciones del mundo. Por otra parte, se trata de un segmento de enorme importancia económica, ampliamente conectado al PAC.

Por tratarse de un tema nacional, hay presiones para que el gobierno convoque una conferencia nacional de comunicación, que reúna a todos los segmentos involucrados, para debatir un proyecto nacional estratégico de comunicación social sobre la política global de comunicación, que aborde todos los aspectos del tema: la Internet y el Comité Gestor de la Internet; la comunicación vía radio y televisión; la prensa (diarios, revistas); el papel del sector público y del privado; el papel de la publicidad estatal; el cine; las relaciones comunicación/educación; el papel de la Anatel; el papel del Ministerio de Comunicaciones; la Radiobrás; las radios comunitarias; la política de concesiones.

Se trata de un tema urgente, que abarca a corto y medio plazo las siguientes acciones: a) la construcción de un sistema público de radio y televisión; b) la constitución de medios privados del campo progresista; c) la calificación de la producción de contenidos; d) cambios en el marco institucional de la comunicación para las organizaciones sociales; e) constitución de una comunicación partidaria de masas y de calidad.

El núcleo del tema es la constitución de un sistema nacional público de radio y televisión. Temas como la alteración de la política de concesiones no constituyen el centro de la cuestión, pero tenemos que trabajar para que haya concesiones para ambos sectores.

Otro déficit que ha sido discutido por el PT y debe ser corregido en el segundo mandato se refiere al Ministerio de Defensa. Todavía persiste en el ministerio una yuxtaposición de las tres Fuerzas, sin una efectiva integración y con insuficientes definiciones para un proyecto de defensa actual, compatible con el nuevo contexto mundial y sudamericano. El Ministerio de Defensa tiene relevantes funciones que cumplir, no sólo en la preservación de la soberanía nacional, sino en el proceso de desarrollo industrial, científico y tecnológico, además de servir como importante vector de nuestra política externa.

La prensa, así como sectores de la oposición, ha argumentado que la discusión sobre el ministerio del segundo mandato de Lula ahora tendrá un nuevo ingrediente: la elección del presidente de la Cámara de Diputados. Para algunos, ello ampliará la presencia del PT en el gobierno. Para otros, tendrá el resultado opuesto.

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Elección en la Cámara de Diputados y el Senado

El 1 de febrero se realizaron las elecciones para las presidencias de la Cámara de Diputados y el Senado. En las dos casas legislativas, el presidente Lula podrá contar con el comando de aliados: Arlindo Chinaglia (PT-São Paulo) fue electo para la Cámara y Renan Calheiros (PMDB-Alagoas) para la presidencia del Senado.

En el Senado, Calheiros fue reelecto al derrotar el candidato de la oposición José Agripino Maia (PFL-Rio Grande do Norte) por 51 votos a 28. En la Cámara, la disputa fue muy reñida. Chinaglia derrotó a otro candidato de la base aliada, el ex presidente de la Cámara Aldo Rebelo (Partido Comunista do Brasil) en la segunda vuelta, por 261 votos a 243. El apoyo de las dos mayores bancadas de la Cámara – PMDB y PT – y los votos de la oposición en la segunda vuelta, sobre todo del PSDB, le dieron la victoria a Chinaglia. En la primera vuelta, Gustavo Fruet (PSDB) recibió 98 votos, lo que comprueba el apoyo total de su partido. Fruet es del mismo partido que el ex presidente Fernando Henrique Cardoso y el candidato conservador derrotado las últimas elecciones presidenciales, Geraldo Alckmin.

La importancia de la victoria de la base gubernista en la Cámara está relacionada principalmente con el hecho de que el presidente de la Cámara Federal es el tercero en la línea sucesoria. Es quien asume el mando del país en la ausencia del presidente y del vicepresidente de la República. Además, el presidente de la Cámara controlará solo, en 2007, un presupuesto de R$ 3,387 mil millones. Le cabe decidir si archiva o instala comisiones para analizar un eventual proceso de impeachment del presidente de la República; define qué será votado; también tiene el poder de archivar un requerimiento de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI); es el “voto de minerva” en la Mesa Directora.

La elección de Arlindo Chinaglia y de Renan Calheiros expresa el respeto a la dinámica y a la correlación de fuerzas que existe en el Congreso Nacional. El desafío ahora es asegurar que la disputa en la Cámara no genere divergencias en la coalición que sustentó la candidatura de Lula en la primera y la segunda vueltas.

El deterioro de las relaciones entre el PT, PSB y PCdoB sería algo muy negativo, cuyo efecto secundario sería el fortalecimiento de la oposición, así como de los sectores más conservadores de la coalición. Sobre todo no hay que tener ilusiones de que, si el PT se debilita, toda la izquierda también se debilita.

Claro que el Partido dos Trabalhadores posee cuadros calificados, política y técnicamente, para ocupar cualquier función en el segundo mandato del presidente Lula. Por otra parte, también es claro que no se trata de un gobierno del PT. Se trata de un gobierno de coalición – por lo menos en la intención, pero está lejos de ser lo que se conoce como coalición en la tradición de los partidos políticos europeos, por ejemplo – cuyo significado tendría que ser mejor estudiado y determinado por el Partido. En este sentido es importante destacar el papel del Consejo Político de presidentes de los partidos integrantes. De todos modos, la presencia en el ministerio no es la única ni necesariamente la principal plataforma de operación política del Partido dos Trabalhadores durante los próximos cuatro años.

Al Partido le cabe, por ejemplo, movilizar a la sociedad y llevar a cabo el debate político-ideológico que debe agudizarse los próximos años. Un ejemplo de ello es la necesaria movilización por la reforma agraria y contra el brutal peso del sector financiero en la economía nacional. Otro ejemplo es la reforma política, que sólo se concretará si hay presión externa al Congreso. Otro ejemplo es la democratización de los medios de comunicación. Un cuarto ejemplo es el propio PAC, que necesita apoyo social si deseamos que se convierta en realidad y que sea acompañado de medidas de reducción de la desigualdad y ampliación de las políticas sociales.

Para ello, más allá de las acciones del gobierno y del Partido, hay que estimular la participación de la sociedad, sobre todo de los movimientos sociales, para defender la concepción original del PAC: el desarrollo con distribución de ingresos y riqueza. Un proyecto que se conecta con nuestra visión general de Brasil y del socialismo, que serán temas centrales del III Congreso del Partido dos Trabalhadores, que se realizará los días 6, 7 y 8 de julio de 2007. Es posible obtener más informaciones sobre el evento en la dirección electrónica www.pt.org.br. Verifique también la “Tribuna de Debate” de lo portal de la Fundación Perseo Abramo.