Los ataques realizados por el candidato Geraldo Alckmin, de la coligación PSDB-PFL (Partido de la Social Democracia Brasileña y Partido del Frente Liberal), al PT (Partido de los Trabajadores) parecen una reedición de lo ocurrido en un determinado momento de la campaña de 2002, en la segunda vuelta de la disputa presidencial entablada entre Lula e José Serra (candidato del PSDB en dicha ocasión).

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El marketing del miedo
Desconstrucción de la eficacia
Lula consolida votos
Campaña en las calles
Movimientos sociales con Lula
Ascenso en la pirámide social
CPI de las Sanguijuelas

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El marketing del miedo

Los ataques realizados por el candidato Geraldo Alckmin, de la coligación PSDB-PFL (Partido de la Social Democracia Brasileña y Partido del Frente Liberal), al PT (Partido de los Trabajadores) parecen una reedición de lo ocurrido en un determinado momento de la campaña de 2002, en la segunda vuelta de la disputa presidencial entablada entre Lula e José Serra (candidato del PSDB en dicha ocasión).

En octubre de aquel año, la actriz Regina Duarte declaró durante el horario electoral gratuito de televisión, en el programa del PSDB, que le daba miedo que Lula se eligiera presidente. En la presente época de campaña, los tucanos-pefelistas (como son llamados los partidarios del PSDB y PFL, respectivamente) cuentan con sendos titulares en los periódicos que lanzan sospechas sobre un involucramiento del PT en las recientes acciones comandadas por la facción criminal Primer Comando da Capital (PCC).

A principios de junio de este año, en varias ciudades del estado de São Paulo, edificios públicos y particulares, agencias bancarias, tiendas, autobuses y agentes de seguridad volvieron a ser atacados por el PCC. Oficialmente, los nuevos ataques causaron las muertes de un oficial de la policía militar y su hermana, tres vigilantes privados y un guardia municipal. En el mes de mayo, el PCC había promovido la mayor serie de atentados en el estado (ver Periscopio nº 3, de junio de 2006).

“El PT puede estar manejando, manipulando estas acciones”, dijo el presidente nacional del PFL, el senador Jorge Bornhausen, sobre los ataques del PCC contra policías, edificios y vehículos en São Paulo.

Por su parte, el candidato a la vicepresidencia de la República en la lista encabezada por Geraldo Alckmin, José Jorge, declaró: “Todas las veces que sale una encuesta favorable a Alckmin, el PCC entra en acción. Por ahora, digo que se trata de una casualidad, pero ¿quién dice que en el futuro no descubramos que era más que una casualidad?”

Frente a tales acusaciones, el PT inscribió en el Tribunal Superior Electoral (TSE) una noticia-crimen contra los senadores del PFL Jorge Bornhausen y José Jorge.

El presidente nacional del PT, Ricardo Berzoini, lamenta “que una senador de la República actúe de forma tan irresponsable y golpista, utilizándose del oportunismo en un asunto de semejante gravedad como es el de la crisis y la violencia que se extiende por el Estado de São Paulo. Con total liviandad, el senador intenta relacionar la imagen de un partido democrático y comprometido con la lucha del pueblo brasileño con la de una organización criminal que preocupa a toda la población del Estado”.

Alckmin endosó las declaraciones de Bornhausen, diciendo que “hay muchas cosas extrañas por detrás de todo esto, pero no voy a hacer ninguna observación de naturaleza política. Cabe a los órganos policiales la investigación profunda de los hechos y sus orígenes”.

Otro tucano que sugirió la existencia de una motivación política en los atentados promovidos por la facción criminal fue José Serra, candidato a la gobernación del estado por el PSDB. Es “‘extraño’ que los ataques del PCC ocurran durante el período de campaña electoral”, declaró. Serra reculó días después diciendo que no hacía tal asociación entre PT y PCC.

El ombudsman del diario Folha de S.Paulo, Marcelo Beraba, criticó la decisión del periódico de poner como titular las acusaciones de Bornhausen. “No hay hechos, no hay pruebas, son tan sólo declaraciones electoreras que el diario no supo evaluar”, dijo el periodista.

El PSDB amenazó también con utilizar supuestas cintas que contendrían diálogos de integrantes de la facción criminal con amenazas al ex gobernador Geraldo Alkmin y a diputados estaduales del partido. De acuerdo con el diario Correio Braziliense, “fuentes de la policía revelaron que el gobierno del estado tiene en sus manos nombres de sindicalistas próximos al PT que tendrían relaciones de amistad con por lo menos un líder del PCC. Éste sería Emivaldo Silva Santos, de 30 años, alias BH, señalado como el ‘general’ de la facción criminal en la región del ABC Paulista”.

El ex presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT) y secretario nacional sindical del PT, João Felício, desafió a la oposición a que muestre las grabaciones y que apunte los nombre de los supuestos sindicalistas involucrados. “Para hacer una acusación de esa naturaleza hay que tener pruebas concretas. Muestren la grabación. O, si no, no hagan una acusación de esa naturaleza.”. Para Berzoini, “la cúpula de la policía de São Paulo, que no logra cumplir con sus funciones institucionales, parece estar dispuesta a entrar en la disputa electoral”.

La táctica del miedo: ése es el viejo modus operandi de la derecha brasileña. En la campaña de 2002, diputados vinculados a Alckmin también amenazaban con utilizar otra cinta, fruto de escuchas telefónicas, en la cual un supuesto líder del PCC decía que la facción debería trabajar en contra de su candidatura. Resultado de esta misma práctica fue lo que ocurrió en 1989, durante la disputa presidencial entre Collor y Lula, cuando quisieron vincular el PT a los secuestradores del empresario Abílio Diniz.

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Desconstrucción de la eficacia

¿Pero qué es lo que realmente hay de extraño por detrás de todo esto? La tentativa de nacionalización de la crisis de la seguridad pública instalada en São Paulo. Las insinuaciones pretenden cambiar el foco de la cuestión y trasladar la responsabilidad de los ataques del PCC en el estado paulista al gobierno federal, una vez que el tema de la seguridad pública es el “talón de Aquiles” de Geraldo Alckmin. El PSDB ha gobernado São Paulo durante casi 12 años; y en cinco de éstos Alckmin estuvo al comando.

El PCC surgió en 1993 como una organización de detenidos del sistema carcelario de São Paulo, en reacción a la política violenta implementada por las elites a fin de “enfrentar” la criminalidad y la violencia social en el país. Esta opción de política, mantenida por los sucesivos gobiernos del PSDB, muestra ahora sus límites con la actual explosión endémica de la violencia.

Durante su gestión, Alckmin impuso en São Paulo la lógica del encarcelamiento, cuya población de presidiarios ha crecido de 56 mil en 1994 a 143 mil en 2006. El “administrador competente” – así se presenta el ex gobernador en su página web de campaña, que además promete un “shock de gestión: el estado eficiente” – se vanagloria de la creación de 107 nuevas unidades carcelarias y de la adquisición de nuevas armas y chalecos antibalas.

La ideología represiva restó importancia a las inversiones en contrataciones, a la formación y valorización del agente penitenciario. Según el presidente del Sindicato de los Empleados del Sistema Carcelario de São Paulo, João Rinaldo, hay actualmente un déficit de cerca de 5 mil profesionales en las cárceles. Las inversiones en asistencia médica y jurídica, en ocupación de la fuerza de trabajo del preso y en programas educativos fueron deliberadamente ignoradas.

“Lo que se ha hecho con São Paulo es una bomba reloj. Se concentran recursos en la construcción de unidades carcelarias, se multiplica el número de detenidos por el estado y se los somete a una política que no va a llevar a su recuperación. Allí, todos están reunidos en un mismo espacio, presos de alta peligrosidad y criminales primarios. Ese es un ambiente ‘criminógeno’ en sí”, dijo José Marcelo Zacchi, coordinador nacional del Foro Nacional de Seguridad Pública, en entrevista a la agencia Carta Maior.

El ex gobernador dejó de ejecutar, en los últimos cinco años, R$ 615 millones en el área de seguridad pública, cuando el estado tuvo un excedente de recaudación de R$ 18 mil millones, anunciado como gran resultado fiscal.

Un reportaje en la edición de julio de la Revista do Brasil destaca que, de 2001 a 2005, la Policía Técnica de São Paulo recibió tan sólo un 0,9% de las inversiones realizadas en Seguridad Pública. En el Plan Plurianual 2004-2007 y en la Ley de Directrices Presupuestarias de 2005, no había acciones ni metas previstas para la inteligencia policial en el estado de São Paulo. Al dejar en segundo plano la inteligencia policial y al excederse en el foco puesto en la represión, dicen los expertos, se elevan los costos de la vigilancia policial sin disminución de los riesgos en las grandes ciudades.

Solamente este año, según datos divulgados por el Bloque de PT en la Asamblea Legislativa de São Paulo, de los R$ 82 mil millones del Presupuesto Estadual, R$ 7,5 fueron asignados a Seguridad Pública, de los cuales un 15% no ha sido ejecutado. Para la acción de la inteligencia policial, de los R$ 261 millones previstos, sólo R$ 67,5 millones fueron aplicados, en el primer semestre.

Para el sociólogo Emir Sader, en el artículo Estado Mínimo de Seguridad, los “shocks de gestión” exhiben realizaciones estadísticas, pero que no corresponden a la realidad concreta de los problemas a los cuales los números pretenden demostrar solución. “Es el caso de los datos sobre la supuesta disminución cuantitativa de la criminalidad en São Paulo, que el ex gobernador llegó a comparar a ‘índices europeos’. La incompatibilidad de las estadísticas con la realidad concreta desmoraliza a las primeras, porque es ésta la que se impone como la dura realidad de la vida”, concluye.

Otro aspecto de la administración de Alckmin que también ha sido criticado por organizaciones de la sociedad civil, según informaciones de la agencia Carta Maior, consiste en el giro dado a la política del estado a fines de la década de noventa, cuando el gobierno habría pasado a hacer acuerdos con líderes de las facciones criminales – lo cual es negado por el Ejecutivo – para que las mismas se hagan responsables de la disciplina dentro de las unidades.

En entrevista a la periodista Bia Barbosa, el coordinador estadual del Movimiento Nacional de Derechos Humanos, Ariel de Castro Alves, afirma que “en lugar de garantizar derechos colectivos, es mucho más fácil para el Estado tratar a algunos líderes con regalías, que muchas veces incluso son derechos, pero que dentro de un sistema con tanta carencia se vuelven regalías. Así, se establece un sistema de autogestión, donde los presos se autogobiernan, mantienen la disciplina de los demás. De esta manera, el gobierno terminó fortaleciendo a la dirigencia de estas facciones criminales, estructurando cada vez más el crimen organizado en los presidios, exactamente para mantener esta política de apariencia. Una aparente calmaría mantenida a través de acuerdos entre los gobiernos y estos líderes”.

De acuerdo con Alves, “antes de 2000, la interlocución entre el gobierno y los presos, en pro de derechos colectivos y del cumplimiento de la ley de ejecuciones penales, la hacían las entidades de derechos humanos, principalmente la Pastoral Carcelaria. Después de 2000, el gobierno empezó a hacer reuniones y discusiones directamente con los líderes de los presos, y así los reconoció y fortaleció, estableciendo también acuerdos para que éstos garantizaran la disciplina y la autogestión de los presidios”.

Ya sea para establecer un clima de miedo, ya sea para huir a sus responsabilidades, la estrategia PSDB-PFL de asociar el PCC al PT refuerza la certeza de que las elecciones brasileñas de 2006 estarán signadas por una enorme agresividad, que aumenta tras cada ronda de encuestas electorales.

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Lula consolida votosEncuesta Ibope divulgada el 26 de julio muestra que, pese a los ataques intensos de la derecha, si las elecciones fueran hoy, Lula vencería en primera vuelta. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva aparece con el 44% de las intenciones de voto, contra un 38% de sus adversarios. Otros 9% votan en blanco o nulo y 9% se dicen indecisos.

El candidato del PSDB Geraldo Alckmin aparece en el Ibope con un 27%. Heloísa Helena (PSOL) suma el 8% de los votos. Los demás candidatos registran un desempeño insignificante: Cristovam Buarque (PDT), José Maria Eymael (PSDC) y Rui Costa Pimenta (PCO) tienen 1% cada. Luciano Bivar (PSL) registró menos de 1%.

El resultado de otras dos encuestas, de los institutos Datafolha y Vox Populi, divulgadas también en julio, trajo una novedad en relación al escenario anterior: el crecimiento de la candidatura de la senadora Heloísa Helena. Este crecimiento fue festejado por la candidatura Alckmin y por gran parte de la prensa, y fue presentado como factor determinante para la realización de una segunda vuelta electoral en octubre.

Según Datafolha, Lula sigue liderando la disputa y su ventaja en relación al segundo colocado, Geraldo Alckmin, se mantiene estable. Las intenciones de voto de Lula oscilaron de 46% a fines de junio a 44% hoy. Alckmin también osciló para abajo, pasando de 29% a 28% de las intenciones de voto. Así, la diferencia que separa el primer puesto del segundo pasó de 17 puntos porcentuales en junio a 16 puntos porcentuales en julio. La única candidata que vio su tasa de intenciones de voto variando arriba del margen de error, que es de dos puntos porcentuales, para más o para menos, fue Heloísa Helena, que subió de 6% a 10% de las preferencias.

Lula tendría el 52% de los votos válidos, es decir, descontados los votos blancos, nulos y los electores indecisos. En razón del margen de error, esta tasa puede ser del 50% como mínimo y del 54% como máximo. Para que la disputa se defina sin necesidad de una segunda vuelta, el candidato debe tener el 50% más uno del total de votos.

La encuesta Vox Populi, aunque todavía señala una victoria de Lula en primera vuelta, arroja esta posibilidad al margen de error de la encuesta, calculada en un 2,2%. Si la carrera electoral se cerrara hoy, el presidente de la República, con el 42% de las intenciones de voto, ganaría en el ojo mecánico. La suma de los votos de sus adversarios alcanzaría el 40%: Geraldo Alckmin (PSDB) llegó a 32%, Heloísa Helena (PSOL) a 7% y Cristovam Buarque (PDT) mantendría un 1%. Los demás candidatos (José Maria Eymael, del PSDC; Luciano Bivar, del PSL; y Rui Costa Pimenta, del PCO) sumarían, juntos, menos del 0,5%.

Según el director de encuestas de Datafolha, Alessandro Janoni, Heloísa Helena ha “invadido” parte del electorado más escolarizado de Alckmin, especialmente en el Sur y Sudeste, colegios electorales de peso – juntos representan casi el 59% del electorado.

Entre los electores del Sur y del Sudeste con escolaridad superior, Heloísa Helena ha subido ocho puntos porcentuales (de 11% a 19%), alcanzando un empate técnico con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (que pasó de 20% a 17%). El candidato del PSDB, por su parte, ha perdido nueve puntos en dicho segmento, cayendo de 54% a 45%.

Una parte de la base militante de la candidatura del PSOL está compuesta por personas descontentas con el gobierno Lula, que se ubican en la franja más escolarizada, con fuerte concentración entre los empleados públicos y sectores de la universidad.

El Partido del Socialismo y de la Libertad (PSOL) fue creado por parlamentarios expulsos del PT, en diciembre de 2003. En un segundo momento, fue reforzado por diputados que rompieron con el PT, en octubre de 2005, luego del primer turno de las elecciones internas que renovaron las direcciones del Partido dos Trabajadores.

La primera ola de adhesiones al PSOL estuvo motivada por divergencias con los rumbos del PT y del gobierno Lula. La segunda ola de adhesiones agregó, a estas divergencias, el impacto de la avalancha de denuncias de la derecha contra petistas.

Los dos temas están presentes en el discurso de Heloísa Helena, pero predomina la cuestión de la corrupción y de la ética.

Los sucesivos ataques de Heloísa Helena a Lula y al PT le han rendido dividendos por parte de la derecha brasileña. Su candidatura, en el último período, ha sido inflada por aquellos que ven en su crecimiento la posibilidad de forjar una ida a ballotage en las elecciones presidenciales.

Para el secretario de Relaciones Internacionales del PT, Valter Pomar, “el entusiasmo de la derecha con el crecimiento de Heloísa Helena y con una posible segunda vuelta, es un poco fingido y doblemente inmaduro”.

En el artículo “Todos aman a HH”, Pomar afirma que el entusiasmo “es fingido porque la existencia un segundo turno en las elecciones siempre fue el escenario más probable. Fue así en 1989 y 2002. En 1994 y 1998, Fernando Henrique Cardoso sólo ganó en primera vuelta gracias al apoyo macizo del gran capital, de los medios de comunicación y al envión del Real”. Según el dirigente petista, “en las elecciones de 2006, mientras que Lula es super conocido y está prácticamente en su “techo” de votos, nuestros oponentes son poco conocidos; a medida que la campaña divulga sus candidaturas, crece su potencial de votos. Y, con las dificultades para hacer que Alckmin despegue, el noticiero televisivo Jornal Nacional y los medios de comunicación en general están siendo más que generosos con HH”.

Pomar afirma, por otra parte, que el “entusiasmo de la derecha es prematuro porque, para garantizar el ballotage, hace falta que HH mantenga una buena performance electoral, hasta y durante el primer domingo de octubre. Analistas insospechados de simpatía por el PT consideran que ello puede ocurrir, pero advierten la posibilidad de que lo de HH sea “fuego de paja”, que se apague en cuanto empiece el horario electoral gratuito en la televisión. Y además porque no basta que Heloísa Helena sea bien votada. Es necesario, simultáneamente, que Alckmin crezca y que Lula pierda votos. Si no, incluso con HH bien cotizada, Lula aun puede ganar en primera vuelta”.

De acuerdo con Pomar, “sólo en octubre será posible analizar la ‘performance’ electoral de Heloísa Helena, cuando ella misma tendrá que elegir entre Lula y Alckmin. Allí se planteará su hora de la verdad y también lo que decidirá el futuro inmediato del PSOL, de PSTU y del PCB”.

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Campaña en las callesLa coligación La Fuerza del Pueblo (PT-PCdoB-PRB) dio inicio a la campaña electoral con varias actividades durante el mes de julio. Entre ellas, una mega volanteada pro Lula, realizada en 21 capitales y decenas de ciudades, el primer acto de Lula en Recife y la inauguración del comité nacional en Brasilia.

El acto que abrió la campaña contó con la presencia de más de 20 mil personas, y se hizo en el barrio Brasília Teimosa en la ciudad de Recife, sitio en el que Lula realizó una de sus primeras actividades luego de asumir la Presidencia. El 10 de enero de 2003, había llevado a varios ministros para que visitaran lo que, en aquél entonces, era un conjunto paupérrimo de palafitos. Según la página web de la campaña, en el acto, Lula recordó: “Yo quería que mis ministros vieran cómo vivía gran parte del pueblo brasileño”. Hoy, después de haber recibido inversiones federales, Brasília Teimosa se ha transformado en un barrio urbanizado. Para Lula, el hecho demuestra que “vale la pena luchar, vale la pena invertir” para garantizar una vida mejor a la población carenciada.

La inauguración del comité fue seguida por un saludo de Lula a la militancia de los partidos que componen la coligación La Fuerza del Pueblo. “Brasil ha allanado su camino hacia el crecimiento y el país tiene todo lo que necesita para crecer con más empleos, educación e inclusión social durante los próximos cuatro años”, dijo Lula, acompañado por dirigentes del PT, PCdoB, PRB y PSB, a un público de más de dos mil personas.

Para la prensa, estos eventos tuvieron poco entusiasmo. Sin embargo, lo que no fueron capaces de percibir es el hecho tan importante de que los actos han vuelto a ser esencialmente políticos y ya no de entretenimiento musical. Los llamados “showmicios” que atraían a multitudes solamente para ver a los cantantes, sin ningún compromiso ideológico con las candidaturas, han sido prohibidos por el Tribunal Superior Electoral.

A partir de estas elecciones, los actos de campaña rescatan su carácter político, y los electores se hacen presentes única y exclusivamente para conocer las ideas y los proyectos de los candidatos. Lo que cambió fue la motivación y no el entusiasmo.

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Movimientos sociales con LulaEn la volanteada promovida por los movimientos sociales que apoyan la continuidad del proyecto democrático y popular del actual gobierno, más de un millón de cartas en defensa de la reelección del presidente Lula fueron distribuidas en todo el país.

La actividad se llevó a cabo en por lo menos 21 capitales y decenas de otras ciudades brasileñas. “Esta actividad inicial ha tenido el mérito de poner a la militancia en las calles divulgando el proyecto, debatiendo ideas y conversando con la gente”, afirmó el ex presidente de la CUT João Felício, coordinador de movilización de la campaña.

El documento “Los movimientos sociales vuelven a las calles. Por Lula y por Brasil”, distribuido a la población, defiende los programas sociales y las políticas públicas implementadas en el gobierno Lula. “Volvemos a las calles y plazas de todo el país para defender la reelección del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Y el motivo es sencillo. En el gobierno Lula, Brasil está viviendo una de las mayores transformaciones de su historia. Cerca de 3,2 millones de brasileños salieron de la línea de pobreza. Otros siete millones llegaron a la clase media. Y seis millones de empleos fueron creados, cuatro millones de ellos con registro formal de trabajo”, dice el texto.

Las entidades destacaron una recuperación real de más del 20%; el aumento de la inversión en agricultura familiar que se cuadruplicó y más de 266 mil trabajadores sin tierra fueron asentados; el aumento del poder de compra de la población; la transferencia de ingreso con el programa Bolsa Familia; y la creación de las secretarías que defienden la igualdad racial, los derechos de las mujeres y de la juventud; la creación del ProUni, que garantizó a 203 mil estudiantes de bajos ingresos becas de estudio para frecuentar universidades privadas.

Están ya agendadas otras siete grandes actividades que deberán ocurrir en las principales capitales brasileñas durante los meses de agosto y septiembre.

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Ascenso en la pirámide social

Una encuesta del Instituto Target, divulgada por el diario O Globo afirma que, durante 2005 y 2006, cerca de siete millones de brasileños ascendieron en la pirámide social y llegaron a la clase media – lo cual representa un aumento del 7,9% y una expectativa de consumo del orden de R$ 31 mil millones más.

El asenso de grandes contingentes de las clases D y E hacia la clase C fue detectado por el Instituto Target, en base a datos del IBGE, y confirmado por otras dos instituciones: la Fundação Getúlio Vargas (FGV) y el LatinPanel, vinculado a Ibope.

El diario Folha de S.Paulo también llegó a conclusiones parecidas en una encuesta del instituto Datafolha: seis millones de electores habrían salido de las clases D y E a partir de 2003. La mayoría habría migrado hacia la clase C. Aunque es relativo a todo el gobierno Lula, el relevamiento de la Folha de S.Paulo considera únicamente el ascenso social de los brasileños electores, o sea, los mayores de 16 años.

Las políticas del gobierno Lula han sido determinantes para la expansión de los sectores intermedios de la población. Según especialistas oídos por el diario O Globo, la evolución se debe al crecimiento del empleo formal, a la recuperación del poder de compra de los salarios y al aumento de la oferta de crédito en el país.

Hay un claro movimiento de ascenso social. Los domicilios de la clase D han subido en la pirámide. Éstos han comprado bienes durables y, como en la clasificación se toma en cuenta también la posesión de bienes, ha habido un avance hacia la clase media”, dijo al periódico el director de Target, Marcos Pazzini.

Para el economista de la FGV Marcelo Neri, también oído en el mismo reportaje, la mejora de las condiciones de vida de los más pobres no es pasajera. “Las empresas están optimistas, pues hay inversiones en contratación. Por ese lado, la expansión parece sustentable. En cuanto al crédito, el avance puede ser menor, pero debe continuar”, afirmó.

De acuerdo con el diario Folha de S.Paulo, la mejora en el ingreso se da por una combinación de un escenario económico positivo y un fuerte aumento del gasto público dirigido a los más pobres. Dice el reportaje que, desde 1994, nunca fue tan bajo el porcentaje de brasileños que se queje del escaso poder adquisitivo. “Hoy, 28% opinan que es ‘muy poco’ lo que cobra su familia. Estos sumaban 45% antes de la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva”, afirma el texto.

También según Datafolha, uno de los principales resultados del relevamiento, sigue la nota, es que el total de electores en las clases D y E disminuyó del 46% al 38% entre octubre de 2002 y ahora. La clase C pasó del 32% al 40%. La clase A, por su parte, varió del 20% al 22% – dentro del margen de error de la encuesta, de dos puntos porcentuales para más o para menos.

La estructura de clases sociales existentes en Brasil contempla otros elementos, además del ingreso y del consumo. De esta manera, no se debe tomar las afirmaciones citadas como exactas desde el punto de vista sociológico. Sin embargo, es correcto decir que las políticas del gobierno Lula han sido determinantes para la expansión del ingreso de sectores importantes de la población.

La delantera que mantiene Lula en las encuestas posee, por lo tanto, una justificativa social muy clara: la mejoría en las condiciones de vida de las camadas populares. Frente a esto, la coligación PSDB-PFL necesita, para alterar el cuadro electoral, entablar una lucha política intensa, utilizándose para ello del apoyo que recibe de los medios de comunicación y de la manipulación de casos de corrupción, como por ejemplo el llamado “escándalo de las sanguijuelas”.

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CPI de las SanguijuelasLa Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) denominada “CPI de las Sanguijuelas” ha comprometido ya a más de cien parlamentarios. La CPI fue creada a partir de la operación de la Policía Federal (PF) que deflagró el esquema, a principios de mayo. De acuerdo con la investigación de la PF y del Ministerio Público (MP), una banda comandada por la empresa Planam defraudaba licitaciones como forma de vender ambulancias sobrefacturadas a alcaldías. El dinero para este fin vendría de enmiendas que diputados federales y senadores hacían al Presupuesto Federal.

El Supremo Tribunal Federal ha autorizado ya la apertura de investigación contra 56 diputados y un senador. La declaración del socio de Planam, Luiz Antonio Trevisam Vedoin, señalado por la PF como jefe de la banda, involucra los nombres de otras decenas de congresales o ex congresales.

La CPI de las Sanguijuelas divulgó los nombres de 116 congresales. En esta lista, los que actualmente poseen mandato suman 87 diputados federales y tres senadores, lo cual representa un 15% del Congreso Nacional, Entre ellos, aparecen los nombres de dos parlamentarios del PT.

Todos los petistas acusados niegan su involucramiento. Uno de los citados por la prensa, el ex ministro de Salud del gobierno Lula, Humberto Costa, acusado por la revista Veja de liberar recursos para el esquema de compra de ambulancias sobrefacturadas, decidió procesar civil y criminalmente a la revista y a los autores del reportaje. El ex ministro obtuvo la información de que el abogado Otto Medeiros, defensor de los empresarios Darcy y Luiz Antônio Vedoin – mentores del esquema – , negó que él haya sido denunciado por obtener ventajas ilícitas, en las declaraciones de los Vedoin a la Policía Federal.

El presidente nacional del PT sugirió que las investigaciones de la CPI de las Sanguijuelas pongan el foco también en los años en los que el tucano José Serra era ministro de Salud. Él afirma que el fraude en la compra de ambulancias sobrefacturadas empezó en el gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.

El diario Folha de S.Paulo informó que Vedoin esperaba que el candidato del PSDB a presidente de la República en 2002, José Serra, saliera victorioso. “De esa forma – dijo él – no tendría problemas para cobrar los R$ 8 millones adeudados a sus empresas, como normalmente ocurría en el gobierno Fernando Henrique Cardoso”, dice el diario.

También según esta fuente, un documento de la Justicia Federal, en base a una declaración del empresario, dice que el “interrogando creía que el candidato José Serra vencería las elecciones del año 2002 y las enmiendas se pagarían normalmente, como había ocurrido durante el gobierno Fernando Henrique Cardoso”.