El primer nuevo presidente que asumió el gobierno de un país este año fue Evo Morales en enero en Bolivia; además de que la suya es una tarea muy difícil, también lleva el peso de una gran expectativa popular, debido a su representatividad y al éxito de la campaña electoral que le dio la victoria ya en la primera vuelta.

El primer nuevo presidente que asumió el gobierno de un país este año fue Evo Morales en enero en Bolivia; además de que la suya es una tarea muy difícil, también lleva el peso de una gran expectativa popular, debido a su representatividad y al éxito de la campaña electoral que le dio la victoria ya en la primera vuelta.

Acaba de concluir una compleja negociación en el Congreso Nacional para definir los criterios a fin de convocar una Asamblea Nacional Constituyente. Aunque el Movimiento Al Socialismo – MAS, el partido de Evo, tiene mayoría en el Congreso, no la tiene para cambiar la Constitución y por ello le fue necesario hacer un acuerdo con la derecha. (Lea más).

La socialista Michelle Bachelet asumió la presidencia de Chile el 12 de marzo, con la presencia de 120 representantes de gobiernos y colegas como Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Tabaré Vázquez y el presidente Lula. Ella es la cuarta representante de la “Concertación”, la coalición gubernamental formada por los partidos Demócrata Cristiano, Socialista y Radical, electa desde que las elecciones presidenciales directas fueron reintroducidas en el país después de la derrota de la dictadura de Pinochet en el Plebiscito de 1988, que pretendía aprobar una nueva Constitución y prorrogar su mandato por más algunos años.

En Chile la transición de la dictadura a la democracia fue mucho más rápida que en Brasil. Sin embargo, fue negociada de modo a preservar muchos intereses de la derecha, como varios aspectos de la política económica, impunidad para los involucrados en la represión política, alto presupuesto de las Fuerzas Armadas, entre otros. El propio general Augusto Pinochet fue nombrado senador vitalicio con el propósito de mantenerlo operando políticamente en los bastidores y proporcionarle inmunidad ante eventuales acciones jurídicas. Estos acuerdos le dieron a la derecha una mayoría en el Parlamento durante casi 15 años, la política económica siguió en la misma ruta y actualmente Chile es una economía extremadamente abierta, con decenas de tratados de libre comercio bilaterales. Logró un alto crecimiento en su PBI, pero la concentración de los ingresos es una de las mayores del continente.

Los dos primeros presidentes de la “Concertación” fueron demócrata-cristianos. El tercero fue el socialista Ricardo Lagos, y durante su mandato se reveló el lado más corrupto del Gobierno Pinochet, además de lo que ya se conocía en lo que concierne a la violación de los derechos humanos. La asunción al cargo de Bachelet es paradigmática porque se trata de una mujer conocida por su gran identificación con el programa del Partido Socialista Chileno y electa presidenta en una sociedad extremadamente conservadora. Ya anunció la composición de su ministerio: diez mujeres y diez hombres.

También en marzo asumirá el cargo el presidente electo de Haití, René Préval, que ya gobernó el país de 1996 a 2001. Pertenece al mismo partido “Fanmi Lavalas” que el presidente Bertrand Aristide, que renunció o fue destituido en el 2003. En este caso, la distancia entre los dos conceptos es muy limitada. Desde entonces el país fue ocupado por tropas de la ONU (MINUSTAH) encabezadas por Brasil, ocupación que la ONU pretende extender por lo menos hasta agosto de este año.

Si la tutela de las tropas de la ONU dificulta que el nuevo presidente gobierne con total autonomía, la falta de recursos y asistencia de la comunidad internacional plantea obstáculos todavía mayores. En el caso de países que pasaron por fuertes conflictos internos, como Timor Oriental y Haití, la promesa de asistencia para el desarrollo tarda a convertirse en realidad, mientras los tradicionales préstamos del FMI y del Banco Mundial son ofrecidos rápidamente, siempre que los gobernantes estén de acuerdo con sus condiciones, que normalmente sólo amplían las crisis.

Además, hasta el momento Haití no tiene un nuevo parlamento y las elecciones, previstas para la segunda quincena de marzo, fueron postergadas sin especificación de una nueva fecha, lo que representará un problema para la asunción al cargo del nuevo presidente.

En el caso de los partidos y gobiernos progresistas y de izquierda, el desafío que tienen por delante es lo que pueden hacer para ayudar Haití a solucionar sus problemas sociales, buscar el camino del desarrollo y ayudar a reducir la intervención de Estados Unidos y Francia en sus asuntos internos. No hay que olvidar que la población se movilizó enormemente durante las elecciones para garantizar el resultado, ya que había indicios de fraude en el proceso electoral. Sin embargo, la movilización también demostró la gran expectativa del pueblo de que sus resultados provoquen cambios positivos en el más pobre país del continente. La desilusión devolverá rápidamente las masas a las calles, sobre todo si hay fuerzas extranjeras involucradas.

En Costa Rica, en febrero, Oscar Sánchez Arias fue el ganador de las elecciones presidenciales. Ya había sido presidente de 1986 a 1990 y en 1987 recibió el Premio Nobel de la Paz por su actuación en las negociaciones de paz en Centroamérica. Sin embargo, venció a su oponente Ottón Sollis por un margen de solamente 1,1% de los votos.

Arias fue candidato por el Partido de la Liberación Nacional – PLN – de cuño socialdemócrata, pero no contó con el apoyo de algunos próceres del partido, como el ex presidente Luis Alberto Monge, que lo acusaban de servir básicamente a intereses privados. Con efecto, el vencedor de las elecciones es un defensor de la ratificación del CAFTA, el acuerdo de libre comercio de América Central y República Dominicana con Estados Unidos, y también es favorable a la privatización de las telecomunicaciones. Cuando fue presidente por primera vez, promovió un durísimo ajuste estructural exigido por el FMI, dando inicio a las primeras medidas neoliberales implantadas en el país.

En rigor, el PLN dejó de ser un partido socialdemócrata clásico hace mucho. Por ejemplo, no hay sindicatos de trabajadores en las empresas privadas de Costa Rica. Cualquier intento de crearlos cuesta el empleo a quien lo osa hacer – a veces son despedidos grupos enteros de trabajadores -, y no hay legislación que impida dicha arbitrariedad.

Su oponente fue Ministro de Planificación de Arias y en la época renunció por no concordar con el plan de ajuste estructural. Fue candidato por el Partido de la Acción Ciudadana – PAC, creado en el 2002, que había sorprendido en aquel entonces al elegir a 24 diputados federales. Sollis se acercó mucho a la victoria en una campaña en que se oponía al CAFTA y enfatizaba la adopción de medidas de participación popular y combate a la corrupción. El segundo puesto que logró en las elecciones rompió con una tradición de disputa bipartidista entre el PLN y el demócrata-cristiano PUSC (partido de la Unidad Social Cristiana), ambos desgastados por sucesivos escándalos de corrupción. (Lea más).

La derecha más conservadora venció las elecciones parlamentarias en Canadá hacia fines de enero, pero tendrá un gobierno de minoría, lo que podrá evitar la aprobación de medidas más radicales, sobre todo un mayor acercamiento a la política externa de Estados Unidos. El nuevo Primer Ministro es Stephen Harper, que sustituye al liberal Paul Martin, cuyo partido ocupó el cargo durante 11 años.

Canadá es un país con características más europeas que norteamericanas respecto de su “Welfare state” y su sistema político-administrativo. Además, convive con un fuerte movimiento separatista en la provincia francófona de Québec. Posee diez provincias con una gran autonomía administrativa, incluso en lo que concierne a la legislación laboral y a las políticas sociales. Por otra parte, su modelo de “Welfare state” proviene históricamente de legislaciones provinciales implantadas por gobiernos socialdemócratas a nivel local, ya que este partido, el New Democratic Party – NDP (Nuevo Partido Demócrata) nunca gobernó a nivel nacional.

Posee un sistema parlamentarista en el que conviven cuatro principales partidos: Conservadores (Tories), Liberales, el Bloc Quebequense y el NDP. El número de escaños desde esta reciente elección fue distribuido según esta secuencia de partidos: 124, 103, 51 y 29. También fue electo un diputado independiente para completar los 308 escaños del Parlamento.

Es difícil que un gobierno de minoría logre aprobar su programa y el mismo tenderá a debilitarse, lo que podrá llevar a convocar nuevas elecciones dentro de dos años.

El 12 de marzo hubo elecciones legislativas en Colombia para elegir a 102 senadores y 166 diputados, pero como de costumbre hubo una elevada abstención, superior al 50%. La violencia cotidiana y el miedo crean dificultades para que los colombianos sigan la tendencia progresista del electorado latinoamericano. Hace poco hubo una grave denuncia sobre el vínculo de importantes candidatos con distintos grupos paramilitares, lo que costó la candidatura de algunos, pero entre los sospechosos cerca de una decena fue elegida, y el Presidente Uribe logró mayoría absoluta en el Congreso. El Polo Democrático Alternativo (izquierda) creció un poco y alcanzó casi un millón de votos, y participará en las elecciones presidenciales en mayo, con la candidatura de Carlos Gaviria.

Para las elecciones peruanas del próximo 9 de abril (Parlamento Latino y Legislativas y presidenciales nacionales) hay un empate técnico entre la candidata Lourdes Flores, del Partido Popular Cristiano, que representa la coalición “Alianza Unidad Nacional” (derecha) y Ollanta Humala, del partido “Unión por el Perú”. En tercer lugar está el ex presidente Alan García, candidato por el Partido Aprista Peruano. Este cuadro indica la realización de segunda vuelta que se realizará en mayo o junio.

Humala es considerado por la prensa como el candidato que más se identifica con la “ola de cambios políticos” que ocurre en América Latina debido a su postura nacionalista, aunque no haya logrado traer la izquierda más tradicional a su coalición, que lo acusa de ser conservador. Es teniente coronel reformado y su partido, la UPP, tuvo entre sus fundadores en 1994 al ex secretario general de la ONU, Javier Pérez del Cuellar.

No es posible realizar ningún pronóstico, porque en el caso del ex presidente Lucio Gutiérrez de Ecuador, que frustró a todos, también había la perspectiva de que hiciera un gobierno progresista, porque era apoyado por varias organizaciones sociales importantes. De cualquier manera, Alejandro Toledo, que ahora termina su mandato, dejará una “bomba” a su sucesor: el 7 de abril firmará el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. (Lea más) y sobre las encuestas electorales lea: Ollanta Humala crece en encuestas para elecciones peruanas.

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