El Segundo Encuentro de Publicaciones Teóricas y Movimientos de Izquierda dio inicio este lunes en La Habana, con un llamado a la unidad frente a los genocidios imperialistas

Via portal granma.cu

Autor: Elizabeth Naranjo | [email protected]

Autor: Yeilén Delgado Calvo | [email protected]

Articular los núcleos de resistencia en un frente cultural y comunicacional común, contrahegemónico, para ganar en la batalla por los sentidos, es esencial para las fuerzas progresistas del mundo, porque la vida de los pueblos está en juego.

Así se reiteró en la primera jornada del segundo Encuentro Internacional de Publicaciones Teóricas de Partidos y Movimientos de Izquierda, que inició ayer en La Habana, en el que convergen 92 delegados de 35 países, 47 delegaciones y 37 medios de prensa y publicaciones, convocados por la Revista Cuba Socialista, órgano teórico y político del Partido Comunista de Cuba.

Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretario del Comité Central y jefe de su Departamento Ideológico, dijo que «la batalla de ideas es más inaplazable que nunca antes», frente a la avasalladora omnipresencia del capital.

Insistió –ante un auditorio en el que se encontraban, entre otros dirigentes y personalidades, Bruno Rodríguez Parrilla, miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores; y Emilio Lozada García, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central– en la defensa de cualquier proyecto nacional que rompa un eslabón de la cadena del capital».

En la jornada, y como parte de un panel sobre la unidad de la izquierda, la doctora Isabel Monal, premio nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas, comentó que debemos, como meta fundamental, proponernos un mundo sin opresión y sin oprimidos; y que solo con una «gigantesca unidad» pueden atenderse las urgencias del presente.

Señaló que la teoría es una fuerza revolucionaria, sobre todo cuando sabe enriquecerse y entiende que hay que actuar. «Si no vemos la lucha de clases nos equivocamos. Las clases opresoras son ahora peores que antes», refirió; un aspecto sobre el que el intelectual Jorge Hernández opinó que hoy día se pierde de vista el carácter clasista de muchos conflictos.

Se subrayó que el marxismo-leninismo está vivo en cualquier circunstancia, y que no es factible tratar la teoría revolucionaria como un dogma; ese bagaje no debe abandonarse y sí hacer que lo asuma el pueblo, y especialmente los jóvenes.

El pensamiento de Fidel fue citado en numerosas ocasiones durante la reflexión colectiva, y trascendió que el genocidio no incluye solo las bombas, sino, además, el bloqueo, y las guerras culturales que tratan de frenar el pensamiento.

Contundente fue la denuncia a –en palabras de Polanco Fuentes– «la soberbia sorda del sionismo, cuya impunidad no sería posible sin el apoyo imperialista». El joven médico palestino, Watam Jamil Alabed, acentuó que hoy la lucha de su pueblo es la del bien contra el mal, y frente a ella no puede haber indiferentes.